Triunfazo en Casanova para volver a soñar

18 Ago. 2024



Qué alegría inmensa que nos dio Chicago, jugando en calidad de visitante nada más y nada menos que en Isidro Casanova. Tres puntos fundamentales en esta lucha por alcanzar los primeros puestos, segundo clásico ante el aurinegro ganado en el año y de nuevo volvimos a estar arriba en la estadística de los partidos jugados por ambos equipos en toda la historia.
No le fue nada fácil en la primera etapa a Chicago tomar el control de partido. Almirante se adueñó de la pelota y comenzó a producir jugadas de riesgo, ganando la mayoría de las pelotas divididas y siendo superior en el juego aéreo.
La más clara de esa etapa la tuvo Santiago Vera, pero el jugador de Brown, aunque se encontraba en inmejorable posición para definir en el mano a mano contra Ferrero, no supo cómo hacerlo y el arquero respondió como casi siempre salvando el arco de Chicago.
Siguió insistiendo Almirante yendo una y otra vez, pero con poca claridad y sin tanta peligrosidad. Chicago por su parte no lograba hacer pie en el partido y prácticamente tuvo muy pocas llegadas, y así hasta terminar el primer tiempo.
La segunda etapa fue totalmente distinta. Chicago comenzó a tener más posesión de la pelota y a hilvanar jugadas a través de sus jugadores mejores dotados para hacerlo.
A los seis minutos del complemento a y través de un cambio de orientación de izquierda a derecha, y luego de la cortina efectuada por Paz, recibe Martínez por derecha y luego de llegar al fondo envía un centro que capitaliza excelentemente Castro, definiendo inmejorablemente ante un estadio completamente en silencio ante lo que no se esperaban.
No dejó de atacar ni perdió el control del partido Chicago. Siguieron encontrándose para elaborar jugadas de ataque los volantes junto a los delanteros, imponiendo autoridad y no dejándose avasallar por el equipo local, quien entró en un descontrol producto de su falta de ideas y también por la necesidad de empatar ante un verdinegro que ganó en confianza.
Se produjeron hasta que terminó el partido algunas pocas llegadas de Brown, pero sin grande peligro para el arco de Ferrero, ante un Chicago cada vez más seguro e intentando en la medida de lo posible alguna contra que le permitiera aumentar la ventaja.
Así fueron pasando los minutos hasta que el árbitro pitó el final del partido para la alegría enorme de los jugadores y el cuerpo técnico, de los periodistas que estuvimos presentes y de la inmensa cantidad de simpatizantes que siguió el partido a través de los medios habituales.
El triunfo en Casanova es una gran inyección de ánimo para lo que se viene. Por lo pronto se viene Colón en Mataderos y no va ser nada fácil el partido. Sin embargo, tengamos la esperanza de poder cortar esta racha negativa que estamos teniendo de local y llenemos el estadio el lunes que viene, para seguir acompañando a este equipo que se esfuerza partido a partido para llevar al equipo a lo más alto. Esperemos, Dios mediante, que logremos el triunfo que tanto necesitamos.