Nuestras historias
Chicago sigue su marcha firme
18 Mar. 2024
Ni la lluvia pudo ahogar la alegría de la gente de Chicago por el triunfo ante Defensores Unidos de Zárate (el cuarto
consecutivo en calidad de local) del primer equipo. Un 3 a 0 inapelable que nos coloca terceros
en la tabla de posiciones de la Zona B y nos hace ilusionar a la hora de pensar en cosas
mayores.
De salida nomás Chicago se mostró como un equipo decidido a ganar el partido y se volcó en
ataque con una buena circulación de pelota, tratando de ser amplio y profundo y con la
celeridad conveniente para hacer una transición ofensiva rápido pero segura.
Así llegó el primer gol, el cual se originó en una jugada por derecha con Balbuena y Evelio
Cardozo como protagonistas y con Castro entrando al área, quien luego de recibir un paso del
10, de media vuelta coloca la pelota cerca del palo derecho del arquero visitante.
Siguió sosteniendo el partido Chicago y siendo protagonista. Con la vocación ofensiva siempre
a flor de piel, el equipo manejó los tiempos del partido y en base a contragolpes bien
ejecutados llegó a inquietar a Defensores Unidos varias veces antes del final de la primera
etapa. El visitante se acercó un poco más al arco defendido por Ferrero pero sin inquietar
demasiado.
El segundo tiempo lo encuentra a Chicago en la misma sintonía, con mayor soltura y
elaborando jugadas de ataque que dieron su fruto cuando Rossi se adelantó en el campo de
juego hasta llegar al área rival entrando por derecha y sacando un tremendo remate que se
cuela en al ángulo derecho del arquero Henricot.
Casi promediando el segundo tiempo, en una de las tantas llegadas de Chicago se produce un
penal por mano de un defensor visitante, que es ejecutado con vehemencia y seguridad por
Castro. De esa manera el partido queda casi liquidado y, a pesar de algunos intentos de
Defensores Unidos por querer descontar, el partido termina con un 3 a 0 letal, con la gente
cantando e ilusionándose con pelear el campeonato hasta el final.
No era pera menos, Chicago va creciendo paulatinamente en volumen de juego, algunas
individualidades están alcanzando niveles más que satisfactorios y Mataderos es una fiesta
cada vez que se juega de local. Que esto siga de esta manera y no tengamos que lamentarnos
más por las bajas producciones del equipo, como ha sucedido en los últimos años. Ya es hora
de recuperar la sonrisa perdida.
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