Una derrota que duele e invita al replanteo

12 Abr. 2024



Segunda derrota consecutiva y, lo que más duele, en calidad de local. Mucha tristeza y desazón bajo una lluvia que no cesaba y acompañaba el estado general de la gente.
Desde el inicio del partido, Estudiantes de Río Cuarto presionó la salida de Chicago, lo que trajo aparejado el retraso de Bottari a fin de comenzar a generar juego desde abajo, pero tampoco esta acción del volante ayudó mucho ya que el visitante también pobló el medio campo y le dificultó a Chicago hacer las transiciones de modo correcto.
Sucedió que todo el primer tiempo fue muy cortado y friccionado. Contribuyó mucho las pérdidas de tiempo de los cordobeses, los cuales de tanto en tanto perdían mucho tiempo el césped después de algún choque o infracción producida en parte por la intensidad con la que se estaba jugando el partido.
Se pudieron registrar dos llegadas claras de Estudiantes de Río Cuarto, una de las cuales no terminó en gol por la impericia de Villalba, delantero visitante.
Chicago, por su parte, sólo llevó peligro a través de Escobar, quien se las arregló para complicar a la defensa rival, aunque no estuvo bien acompañado. A los dos referentes de área verdinegros les llegaba muy poco la pelota debido a la imprecisión de los volantes a la hora de generar juego atildado.
En la segunda etapa Montenegro movió las piezas y pobló el mediocampo para tener una mayor posesión y, de esa manera, generar jugadas de riesgo para inquietar al rival. En la práctica sucedió que se tuvo más la pelota, pero el apuro y la velocidad mal entendida conspiraron para no lograr la profundidad que necesitaba el equipo, y todo concluía con una circulación estéril que no llegaba a inquietar al visitante.
Para colmo de males, una jugada generada en el sector derecho del ataque cordobés, concluye en un centro que tiene como destino la cabeza de Valiente, quien entraba por detrás prácticamente sin marcas.
De ahí en más cundió más la desesperación y la impotencia en Chicago, que comenzó a llegar por medio de centros o de alguna que otra jugada elaborada que no tenía un final feliz.
Y así se fue el partido, entre la viveza de Estudiantes de Río Cuarto y la ineficacia de Chicago para logran al menos un empate, en un partido complicado desde el inicio, bien ejecutado por el visitante que, entre inteligencia y astucia, deja a todo Mataderos con un sabor más que amargo.
Ahora se viene Aldosivi y el replanteo de lo que sucedió en las dos últimas fechas debe ser urgente. Necesitamos trae un buen resultado de Mar del Plata y volver a generar confianza en todo el mundo Chicago. No es imposible, allá vamos.
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