Nuestras historias
Seguimos en carrera a pesar de todo
03 Nov. 2024
Grande fue el desahogo luego del gol de Ortiz en el mundo Chicago. Dirigentes, cuerpo
técnico, jugadores, la inmensa cantidad de hinchas que se acercó a Mataderos el Domingo a la
tarde, se sintió más que aliviada y descargó todo lo que tenía guardado desde aquel gol de
Brown de Adrogué que nos privó de jugar la Final por el primer Ascenso.
Para colmo el gol tempranero de Nasta, luego de una mala salida de Tomás Rodríguez, en la
que no se entendió con Amarfil, avivó más los fantasmas y generó no poca preocupación.
Porque el terrible derechazo del 9 de Racing de Córdoba fue tan letal que más de uno habrá
pensado que podría volver a repetirse.
En realidad, esa jugada desafortunada fue la consecuencia del nerviosismo imperante en los
jugadores de Chicago teniendo en cuenta lo que estaban jugando y el apoyo brindado por la
gente un día antes en el tan concurrido banderazo.
Algo similar le había ocurrido al equipo al inicio del partido anterior contra los de Adrogué.
Esta vez el detonante fue ese nuevo mazazo: de estar puntero y quedar afuera de la final en la
última fecha, a estar abajo en el marcador frente a La Academia con ventaja deportiva.
De ahí hasta terminar el primer tiempo y A pesar de la insistencia de Chicago, se le hizo
imposible sobrepasar el muro defensivo de los cordobeses. El resultado no se movió y Racing
de Córdoba se fue en ventaja al entretiempo.
En la segunda etapa se vio a un Chicago más decidido, más suelto y con unos deseos enormes
de revertir la situación, sin descuidar el orden defensivo.
El verdinegro comenzó a hacerse dueño de la pelota, pero le jugaba en contra la impaciencia
de la gente, los minutos pasaban y gol no caía, aunque una ingenua expulsión por parte de
Arguello a los 19′, le iba a dar una gran mano al Torito.
A los 31′ iba a llegar la igualdad. Una jugada en ataque, que la defensa de La Academia no
pudo despejar, quedó la pelota muerta casi sobre el punto de penal para la llegada de Ortiz,
quien con un remate potente dejó sin respuesta a Mattalía.
Ahí comenzó la fiesta de los hinchas y el desahogo de todos, los fantasmas desaparecieron y la
ventaja de un hombre de más ayudaba para que en lo que quedaba de partido no se sufriera
tanto.
Racing de Córdoba, con uno menos y con la ventaja deportiva en contra, intentó buscar el
segundo, pero se iba a ir con las manos vacías. El empate no se movió y Chicago se metió en la
siguiente ronda del reducido. Y la gente despidió al equipo con el mejor de los augurios.
Está claro que cada vez la cosa se va poner más difícil. El próximo rival será Quilmes, que viene
levantando en nivel desde hace varios partidos y se encuentra en un buen momento para
afrontar esta llave. Chicago va a tener que trabajar mucho tanto en lo futbolístico como en lo
emocional. Hay que ver que nos depara en primer partido en el estadio Centenario, pero sea
como se el equipo debe lograr un equilibrio y una tranquilidad que lo ayude a sobreponerse al
miedo escénico y a cualquier cosa que sea exterior al equipo mismo. En lo futbolístico siempre
habrá cosas que corregir: las transiciones defensivas y la profundidad en ataque, por ejemplo.
Que las podamos lograr para que la gente continúe soñando con el ascenso tan deseado.