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Triste, inesperada, lamentable por donde se la mire y decididamente ejemplar fue la derrota de Nueva Chicago ante San Telmo en Mataderos el domingo pasado.
Se preveía un partido duro, difícil, en el que había que estar muy atentos a los buenos generadores de fútbol del Candombero, pero la realidad superó todo lo que se podía pensar al respecto.
Mientras Chicago tuvo la pelota, la hizo circular como de costumbre, tratando de generar los espacios a espaldas de los volantes del visitante, mientras el equipo fue amplio y con vocación de ataque permanente, nos podíamos hacer la ilusión de que otra tarde victoriosa íbamos a tener en Mataderos, como la mayoría de las veces. Pero cuando Telmo le agarró la mano al partido y sus jugadores comenzaron a poner la pelota bajo la suela, las llegadas al arco de Ferrero comenzaron a ser más frecuentes.
En una de esas llegadas, Rossi sacó la pelota en la línea y, algo más tarde, Barreto desbordó por izquierda y sacó un centro que encontró a Vallejos entrando por derecha, quien puso la pelota junto al palo derecho de Ferrero. No fue sorpresa, Chicago ya había empezado a mermar en su funcionamiento.
No había pasado mucho tiempo después del descanso, cuando San Telmo agarra mal parada a la defensa verdinegra y es otra vez Barreto quien supera a Contreras y queda mano a mano con Ferrero, a quien elude por un costado y define con todo el arco a su disposición.
En ese momento ya nadie pensaba en ganar, y hasta un empate parecía imposible. Chicago seguía perdido, sin encontrar el rumbo y Telmo cada vez más afianzado en su fútbol y en sus convicciones, con una ventaja de dos goles casi imposible de remontar.
Metió algunos cambios Montenegro con la esperanza de cambiarle la cara al equipo, y si bien ganó en posesión no lo hizo en claridad. Y de tanto sumar gente el ataque, Chicago quedaba desprotegido atrás y San Telmo no perdonó. En una de las tantas contras ejecutadas por el visitante, esta vez fue Tissera quien se encargó de poner el 3 a 0 definitivo para el equipo de la Isla Maciel.
Un partido para analizar profundamente y para sacar conclusiones. No es la primera vez que Chicago se descompensa tanto en defensa y le cuestan horrores las transiciones. Le pasó también con Defensores, en Mataderos. A esta altura, el equipo debería mostrar mayor seguridad en ciertos aspectos claves en el fútbol.
Para resumir: justo y merecido, sin objeciones al respecto. La gente, que colmó el estadio, así lo entendió y jamás mostró animosidad hacia el equipo. Es de esperar que este viernes en Rafaela, Chicago pueda rehabilitarse del pobrísimo desempeño que tuvo el domingo y vuelva a ponerse otra vez a tono con lo que venía haciendo. Lo esperamos de todo corazón.
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