Nada más que agradecimiento y esperanza de mejores tiempos

01 Dic. 2024



Se acabó el campeonato para Nueva Chicago. Tantas ilusiones acumuladas más que nada en el último tramo del torneo han quedado sepultadas en algún rincón inhóspito de los miles y miles de corazones verdinegros.
En San Juan quedaron los sueños y los planes, los viajes y las juntadas, la pasión y la particular forma de expresarla que tiene todo el pueblo de Nueva Chicago.
No fue un supuesto gol no cobrado, la lesión de un jugador importante o los imaginarios arreglos a escondidas y en penumbras, los que hicieron truncar la ilusiones, sino algo que se venía anunciando hacía rato y que pocos quisieron ver y asumir: el equipo venía estando en deuda con el Fútbol desde hacía ya un tiempo, y aunque logró los puntos suficientes como para arribar a una semifinal, siempre llegó con lo justo y gracias al superlativo nivel del arquero Ferrero.
No es tiempo de buscar responsables ni de hacer leña del árbol caído, sino de agradecer a este grupo de jugadores y cuerpo técnico por haber dejado hasta la última gota de esfuerzo para poder lograr el ascenso.
Después de tantos años andando a los tumbos, de salvarnos del descenso por diferentes causas, esto fue como una bocanada de aire fresco, y eso no merece otra cosa que agradecimiento.
A renovar las esperanzas entonces y esperar el año que viene con el rostro descubierto para recibir otra bocanada de aire renovador y con el alma bien dispuesta para ir renovando sueños, a la espera de nuevas incorporaciones que nos permitan mejorar aún más todo lo bueno hecho durante este año.
Esta Navidad debe unirnos a todos a través de esos divinos e invisibles lazos que nos envuelven a todos los hinchas de Chicago aún sin conocernos. Y que el 2025 nos permita seguir alimentando sueños de ascenso y esperanzas de mejores y más fructíferos tiempos.
Qué Dios así lo permita.